El Plan de gestión de residuos de la construcción y demolición es un complejo documento de trabajo que debe incluir todos aquellos aspectos relacionados con el almacenamiento, producción, transporte y tratamientos de los residuos que se produzcan en una obra, bien sea para la construcción de una edificación o su proceso de derribo. Su elaboración requiere de un conocimiento previo y profundo del proyecto, así como de la legislación aplicable en cada caso, que dependerá no sólo de la comunidad autónoma en la que se desarrolle el proyecto, también del tipo de residuo a tratar.
De forma general, todo plan de gestión de residuos de la construcción y demolición debe incluir en su contenido los siguientes aspectos:
- Una estimación de la cantidad, expresada en toneladas y metros cúbicos, de los residuos de construcción y demolición que está previsto generar en la obra.
- Las medidas para la prevención de residuos que se van a aplicar en el proyecto.
- El conjunto de operaciones de reutilización, valorización o eliminación a las cuales serán destinados los residuos que se van a generar en la obra.
- Las medidas para la separación de residuos en la propia obra.
- Los planos de las instalaciones que se destinarán al almacenamiento, manejo, separación y, en caso de ser necesario, a labores de gestión de residuos en el recintro de la obra.
- Prescripciones relativas al almacenamiento y separación de residuos.
- Valoración del coste previsto correspondiente a la gestión de los residuos de construcción y demolición.
Tipos de residuos y cantidad.
Normalmente, los residuos generados en procesos de construcción y demolición son residuos no peligrosos, esto es, que no experimentan ninguna transformación física, biológica o química que pueda causar algún daño a la salud de las persona o del medio ambiente.
Para proceder a la eliminación de residuos primero deberán ser clasificados según su tipología:
- Residuos asimilables a urbanos como papel, cartón, madera o plásicos que pueden ser gestionados junto a los residuos sólidos urbanos.
- Residuos inertes, que son inocuos, como tierras, ladrillos, chatarra o ciertos metales.
- Residuos peligrosos, que potencialmente pueden resultar tóxicos bien para las persona o para el medio ambiente que deben ser transportados por personal autorizado y depositados en un vertedero especializado.
La Lista Europea de Residuos (Orden MAM/304/2002,) es el documento oficial que sirve para catalogar los residuos que se pueden generar en estas actividades, y se incluyen dentro del plan de gestión de residuos siempre y cuando superen la cantidad de 1 metro cúbico de aporte, y no estén incluidos dentro de la categoría de residuos peligrosos para los que se exige un tratamiento especial.
La actual normativa medioambiental exige que los responsables de los proyectos de construcción y demolición se fijen como objetivo reducir lo máximo posible la producción de residuos, y se tomen una serie de medidas para reducir el impacto ambiental de la actividad. Entre otras, las medidas que se pueden adoptar son las siguientes:
- Dar prioridad a los materiales que proceden de procesos de reciclado o de la reutilización.
- Reducir la cantidad de embalaje de los materiales utilizados en la obra.
- Reutilización de materiales en la obra.
- Abastecimiento de materiales en la propia obra, con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.
- Reducir la producción de polvo en los trabajos de manipulación de escombros y movimientos de tierras y excavaciones o durante la carga y transporte de residuos inertes.
- Señalización de las zonas de depósito de residuos.
- Limitar el consumo de agua, estableciendo un plan de uso en tareas como la limpieza de maquinaria o riego de residuos.
- Puesta al día de la revisión y funcionamiento de la maquinaria de obra para evitar un consumo excesivo de combustible.
- Uso de energías renovables.
Segregación «in situ».
La zona de obra podrá contar con puntos limpios cuyo fin será el almacenamiento temporal y selectivo de los residuos producidos durante los trabajos. El punto limpio contará con contenedores ordenados, abiertos o cerrados, y señalizados según el tipo de residuo.
Los residuos serán trasladados desde los puntos limpios a los puntos de recogida dispuesto de forma temporal con contenedores codificados según el tipo de residuo que albergue. Los contenedores tendrán además una serie de características en base al tipo de residuo.
- Depósito estanco preparado para grasas, aceites y otros derivados del petróleo.
- Contenedor estanco para recipientes metálicos.
- Contenedor abierto para neumáticos.
- Contenedor estanco para embalajes y recipientes plásticos.
- Contenedor estanco para embalajes de papel y cartón.
- Contenedor estanco para vidrio.
- Contenedor estanco para restos orgánicos.
Residuos peligrosos
Como henos señalado en otros posts sobre el tratamiento de residuos tóxicos o peligrosos debe elaborarse de forma independiente un plan de gestión de residuos peligrosos donde aparezca recogida la naturaleza de los residuos, la cantidad, así como las medidas específicas para su manipulación, almacenamiento, transporte y depósito en un vertedero autorizado. En el caso de que los residuos de construcción y demolición contengan algún elemento calificado de peligroso deberán establecerse además medidas especiales de protección y seguridad laboral para los trabajadores, recogidas en el mencionado plan específico.