El amianto es más nocivo de lo que se pensaba. Y está por todas partes. Expertos en fibrocemento alertan de la necesidad de retirar este residuo peligroso de forma urgente, debido a sus efectos nocivos para la salud y el medioambiente.
Si antes se pensaba que el amianto era solo peligroso cuando se rompía, ahora se sabe que también lo es cuando el paso del tiempo lo degrada debido a su antigüedad o a la acción de los fenómenos atmosféricos (lluvias, cambios de temperatura, granizo…). El amianto se instaló de forma masiva en España en los años 60 y 70. Teniendo en cuenta que la vida útil de este material es de 30 o 40 años, todo indica que su proceso de degradación ha comenzado y la única solución es su retirada. [vc_separator type=»transparent»]
Según declara Lluís Mallart, técnico higienista especialista en amianto, al diario El País, “la situación es preocupante. Tenemos que detectar dónde está el amianto y en qué condiciones está”. A pesar de que el uso de este material se prohibió en el año 2002, todavía está presente en muchas construcciones, en tejados, tuberías, paredes y depósitos de agua, principalmente. Su peligrosidad varía en función de su exposición al medio. El amianto instalado en exteriores está más expuesto a su degradación, pero sin duda, el mayor peligro se encuentra en las tuberías hechas con este material, debido al paso de agua a alta presión. [vc_separator type=»transparent»]
Peligros del amianto.
Los expertos advierten de los peligros del amianto: cáncer de pleura, cáncer de pulmón y problemas respiratorios. Los primeros en padecer estas enfermedades fueron los trabajadores de las fábricas de fibrocemento. Ahora el peligro se encuentra en toda la población en contacto con este material, que fue muy popular en los años 60 y 70, cuando fue comercializado por la marca Uralita.[vc_separator type=»transparent»]
Numerosos ayuntamientos han desarrollado campañas para informar del peligro del material y promover su retirada. Pero el principal problema es que no se ha desarrollado un mapa para la localización del amianto en España. Se calcula que hay unos tres millones de toneladas de amianto instaladas en España. Además existe mucho desconocimiento respecto a su gestión y tratamiento. Muchos albañiles rompen el material para retirarlo, lo que supone aumentar exposición a las partículas de fibrocemento. Al entrar en las vías respiratorias se depositan en los pulmones, con el consiguiente peligro para la salud del entorno. La falta de fondos públicos para afrontar este reto, ahonda el drama de la presencia del amianto en España.[vc_separator type=»transparent»]
Iniciativas contra el amianto.
Desde el año 2006 existe legislación que regula la retirada de amianto en España. La norma establece que las tareas de manipulación y retirada de amianto y materiales con fibrocemento deben ser llevadas a cabo por un gestor autorizado, aplicando protocolos estrictos para su manejo con el fin de evitar la dispersión de fibras durante la desinstalación, la protección de la salud de los trabajadores, medidas preventivas durante el transporte y depósito en un vertedero autorizado. [vc_separator type=»transparent»]
El Parlamento de la UE aprobó en 2014 una resolución en la que se recogían tres puntos fundamentales: la protección de los trabajadores que han estado en contacto con el amianto, el establecimiento de un censo de amianto y la puesta en marcha de herramientas para que se elimine antes de 2030, entre ellas la financiación de operaciones de desamiantado. Nada se ha hecho al respecto. La resolución del Parlamento Europeo fue enviada a la Comisión. Y allí sigue durmiendo el sueño de los justos. Mientras, la presencia de amianto sigue siendo un grave problema de salud pública. [vc_separator type=»transparent»]